31.12.16

LA LABORTECA OS DESEA FELIZ AÑO 2017







Este año 2016 ha sido un sendero de distintas emociones que nos ha dejado con ganas de reencontrarnos de nuevo y seguir viviendo tanto las buenas como las malas experiencias en este pequeño taller que nos ha unido y que, para algunas, ya es como nuestra segunda casa.
Entre punto y punto hemos reído (¡y mucho!) pero también hemos tenido que parar la máquina de coser para apoyarnos en los momentos difíciles.


Nos hemos emocionado con cada caja de pastelitos que anunciaba una boda o un nuevo trabajo; los despidos y los fracasos emocionales se han hecho añicos entre mojitos y chales; nos hemos ilusionado diseñando patucos y gorritos de fresa para futuras incorporaciones a nuestra familia, porque puede que nuestros bebés no traigan un pan debajo del brazo, pero sí un par de agujas y un ovillo. Hemos desafiado el paso del tiempo convirtiéndonos en adolescentes canturreando las primeras citas, los amores fugaces y los amores verdaderos; nos hemos sentido Indiana Jones compartiendo las aventuras de los viajes hechos y por hacer; y puede que no hayamos ayudado mucho a trasladar sofás o montar estanterías, pero hemos sido refugio de todo cuando las mudanzas nos dejaban la cabeza patas arriba.


Pero, como decíamos, también nos hemos hecho piña para vencer los obstáculos que nos ha puesto el 2016 en el camino. Nos hemos enfrentado como una manada de leonas ante las malas noticias; nunca han faltado los abrazos en las pérdidas ni los bordados en los duelos; y siempre ha habido una silla y un té con pastas para que una baja médica se convirtiera en un alta; y, aunque nunca lo dudamos, todavía nos sorprendemos de la fuerza tan increíble que puede tener una persona tras someterse a un trasplante.


Y, después de hacer este pequeño repaso de nuestro año, dejadnos daros las gracias por poder haber hablado en plural en este texto, por habernos hecho partícipes de este gazpacho de emociones: gracias por dejarnos opinar sobre los nombres de vuestros futuros pequeñas y pequeños y por dejarnos decantarnos por el solomillo para el banquete; gracias por enseñarnos fotos de vuestros ligues y dejar que os digamos lo guapos que son o que no os llegan a la suela de los zapatos, y por enseñarnos informes médicos, fotos de vuestros viajes y por darnos las direcciones de vuestras nuevas casas.


En resumen, gracias por hacer que lo que empezó como un pequeño proyecto hoy sea una pequeña o, más bien, gran familia, donde nuestras madres son madejas y telares y los hijos las risas, el cariño y el buen ambiente.



Y, por supuesto, ¡¡no esperamos menos del 2017!! Este nuevo año volveremos con las puertas y brazos abiertos y las pilas cargadas para vivir todo lo que se nos presente, pero eso sí, siempre juntas.


Os deseamos Feliz Año 2017 

Antonia y Julia

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